En este país donde hay tantas fosas comunes, tantas desapariciones, tantos NN, la muerte exige su individualidad, su recordación.
Por esta razón como lo hacían las antiguas culturas, me he propuesto recordar y hacer recordar por medio de sus tumbas a aquellas personas que marcaron mi vida con su muerte.
La luz interior emanada de los Sarcófagos es una metáfora de la luz interior de la persona que lo habita. Atrapada, protegida, para evitar su profanación asegurando su recordación.
Son como jaulas, cajas fuertes que asegurarán la estadía en nuestras mentes, los recuerdos de sus moradores.